jueves, 8 de enero de 2009

Sale Jorge...entra Lucho

César Álvarez, el presidente del gobierno regional de Ancash, no es ningún improvisado en política. Entiende, por su experiencia, los códigos de la misma. Sabe cuando plantear el diálogo, en qué momento exigir, cuando protestar y entra con comodidad en los terrenos del debate y combate. Frustradas candidaturas al Congreso no mellaron su representatividad. Aún más, consciente que la verdadera política se hace en las calles, plazas y foros, aprovechó los últimos años en posicionarse en la región de los quesos, la harina de pescado y la minería competitiva.
Por eso, por estos antecedentes, no es fruto de la casualidad su comportamiento de ayer. Recordemos. Luego de una visita a Ancash, el ministro del Interior Luis Alva Castro invita a Álvarez a Palacio de Gobierno a solucionar, entre otros, el problema de Chinecas. Álvarez acude silencioso a la cita, donde plantea su irreductible posición. Sale luego en compañía del propio presidente García y se despacha con la prensa a su gusto. ¿Qué es lo que nos dice? pues que el Ministro Luis Alva Castro es todo un personaje ejecutivo, que no es mecedor y que sobre todo se ha comportado "a la altura de un Premier".
En situaciones normales esta declaración habría echado por la borda lo logrado. En su sano juicio ningún presidente regional se enfrentaría a su interlocutor más directo, el premier Jorge del Castillo, más aún sabiendo que de él depende su presupuesto regional. ¿Por qué lo hace entonces? Una hipótesis, la que sostengo, es que el señor Álvarez salió con declaraciones coordinadas con sabe Dios quién -eso lo dejamos a su imaginación- y que cumplió con la instrucción -la de dejar mal parado a Del Castillo- apenas se enfrentó a la prensa. Pero la cosa no quedó allí. Al día siguiente -hoy- en declaraciones en la cabina de RPP el presidente regional Don César Álvarez se volvió a despachar contra Del Castillo, criticando su estilo mecedor que oculta con la etiqueta del diálogo. Aún más, se dio tiempo para alabar a Alva Castro, por su celeridad y eficacia para resolver las cosas. De ser cierta esta hipótesis, la de las declaraciones previamente concertadas con los más altos niveles del Ejecutivo, pues todo parecería indicar que Luis Alva Castro, el compañero Lucho, estaría preparando el terreno para reemplazar al cada vez más desgastado Jorge Del Castillo. Como dijera el presidente García hace 20 años en un arranque excepcional de sinceridad "en política no hay que ser ingenuos"

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