miércoles, 7 de enero de 2009

Se destruyó la confianza

Si aún quedaba alguna persona seria que confiaba en que Alan García había cambiado, a estas alturas debe estar notificada que se equivocó de punta a punta. En un gesto de poca clase política y que demuestra que no respeta en absoluto a sus "ministros", García y Del Castillo, arteramente, aprovechando la ausencia del país de Luis Carranza, promulgaron un Decreto de Urgencia que permite el despilfarro, y por ende, la corrupción a diestra y siniestra. Más de uno pensó que Carranza, el Ministro de Economía, iba a tener un gesto de dignidad, que no iba a permitir tamaña falta de respeto hacia su persona e iba a renunciar, como corresponde cuando uno tiene algo de autoestima pero no fue así. Carranza no es un señor Ministro, es tan sólo un secretario más que juega a "ministro" pues no sólo no hizo nada sino que ha convalidado con su presencia el despilfarro gubernamental. Los aúlicos del gobierno, que suelen aparecer en estas circunstancias justificando los "errores" dicen que esto es lo correcto, que se necesita gastar. Efectivamente se gastará pero no se invertirá. Por lo tanto será un carnaval de despilfarros con aroma a corrupción el que se sentirá de seguro en los próximos días. Pero habrá una diferencia: será con la complasciencia de Luis Carranza, que con esta actitud demuestra con creces que está a la altura de César Vásquez Bazán o Gustavo Saberbein ministros de Economía del primer gobierno aprista. Dentro ded poco no será raro que nos salga con cuentos similares a la inflación bruta o la inflación neta. Economía depende de los caprichos del presidente y su premier. Se equivocó la multitud de ingenuos que pensaron que Carranza representaba algún tipo de garantía para el país. Juan Sheput

No hay comentarios:

Publicar un comentario